miércoles, 18 de diciembre de 2013

¿Fútbol o Fútbol?

¿Que entendemos por la palabra FÚTBOL?

Podríamos poner muchísimas imágenes de lo que significa este deporte, y todas ellas serían acertadas. A mi, las primeras que me han venido a la cabeza sinceramente eran de jugadores o equipos profesionales, en grandes estadios repletos de gente. Pero al detenerme a pensar he recordado que el fútbol lo inician los más pequeños, en gran parte porqué quieren llegar a ser como los profesionales, o sino porqué otros mayores, como suelen ser los padres, les apuntan a un club o colegio.

Entonces, sigamos con la reflexión. ¿Qué es fútbol?

Pues fútbol es un deporte que sea en el contexto que sea, como en sala, en césped, en playa se juega con los pies, lo que le da un valor y atractivo añadido por la espectacularidad y dificultad de control. Hasta ahí supongo que todos estamos de acuerdo.

Psicológicamente el fútbol se caracteriza por una concentración discontinua del jugador, donde tiene que saber oscilar entre cuando el balón está lejos de su alcance pero debe mantener la atención focalizada en el equipo y el juego a cuando el balón está en zona próxima e incluso en su posesión, donde además en fútbol 11 pueden pasar incluso minutos entre los que un jugador no toque el balón.
Es un juego donde los niveles de activación de los deportistas hacen que la calidad del juego varíe muchísimo y que los errores queden reflejados (ni hablemos del portero, ¿no?), así como también la calidad cuando un jugador está enfocado en la tarea.
A nivel profesional la presión también entra en juego, y a todos los niveles la comunicación es básica, no solamente entre jugadores, sino también con el entrenador.

Podríamos pasarnos horas destacando aspectos que distinguen mentalmente al fútbol de otros deportes, pero, en realidad me gustaría poner el foco de reflexión en las actitudes y en el, vamos a llamarle, "otro fútbol".

Des de luego, como todo, esto es un bucle, una cadena. Los niños observan a los profesionales, y sus padres o hermanos mayores también. Los profesionales suelen ser jugadores que cobran cifras estratosféricas, insultantes diría yo. Con lo que ese fútbol es un negocio donde lo que importa es ganar a toda costa, donde da igual engañar, pisar, insultar mientras eso pueda servir para conseguir la victoria, ¿no?
El otro fútbol, vaya, el NO profesional directamente no emana tanta competitividad, pero desgraciadamente las normas y la tradición no acompañan a que los jóvenes se acostumbren a no fingir, a jugar limpio, a respetar al rival, a no insultar.

¿Y cual es el problema? ¿El dinero? Posiblemente sí. Yo entiendo que si a algo le dan tanto valor, porque la prensa se encarga de ello, por la multitud de aficionados a nivel mundial que tiene este deporte, por las marcas de publicidad, esto genera tanto capital que se pueden permitir pagar esas cifras que se escapan de las manos de la mayoría y siguen sin perder dinero. Entonces, mientras eso no cambie, y las federaciones den un paso en firme por hacer evolucionar normas prehistóricas sin encerrarse en la idea de que "si cambian las normas el fútbol perdería su esencia" o (y esta es mi preferida) "el fútbol es así", entonces nada cambiará, por más que algunos jugadores sean solidarios e inviertan sus fortunas en crear escuelas para niños, clubes en países menos desarrollados, ellos siguen teniendo coches de alta gama de regalo, millones que no saben ni como gastar en sus vidas y lo peor de todo es que esto lleva a que el deporte se prostituya, a que todo valga, porque evidentemente el precio es muy elevado a grandes niveles, con lo cual el reflejo de lo que sería la norma de etiqueta se desvanece y no se traduce a los más pequeños, y van al campo e insultan y ven a jugadores que pierden los estribos día a día, y los hinchas mueren en las gradas, mientras los clubes siguen pagando millones a sus jugadores, mientras los arbitrajes siguen siendo los protagonistas por no poner cámaras y simplemente se de la razón real y no subjetiva, porque ellos no son infalibles, y son humanos, que se equivocan, a veces por casualidad, otras por influencia. 
Nada es cambiable, no se permite la entrada a nadie que no vean ellos como amigo, ¿un psicólogo? Yo no tengo problemas. ¿Y quien dijo que los tuvieras? Si es algo tan profesional, porque no buscar apoyo en los expertos del comportamiento y el rendimiento como los psicólogos - coach deportivos

¿Un fútbol más justo es posible? Probablemente si le preguntamos a equipos de media tabla a bajo dirán que no es posible pero que ojalá. Los de arriba dirán que esto es fútbol, y ya les está bien que sea así. No se si queda clara la diferencia entre los que controlan, y los que no.

Mi visión pues del fútbol es que me quedo con ir a ver jugar a los chavalines de 7 a 14 años un domingo por la mañana por un módico precio de un refresco y unas patatas, donde veré reflejados todavía los valores del deporte. Me quedo con disfrutar de los momentos de gloria de mi equipo o mi selección junto a mis amigos y familiares.

Para concluir, y a pesar de la parte negativa de este deporte creo que disfrutar de la práctica o expectación del futbol es algo que va más allá de lo puramente deportivo, que atrae a niños, padres, amigos y crea ambientes sociales, temas de conversación y amistades.

Porque una imagen vale más que mil palabras, en esta ocasión os cuelgo dos links muy distintos.

Sacar vuestras propias conclusiones, y pensemos entre todos, qué podemos hacer para que el fútbol sea sólo fútbol.





martes, 3 de diciembre de 2013

STOP



Esto es lo que millones de personas, millones de Españoles han visto en los últimos años en lo que a sus carreras laborales se refiere, lo que estudiantes, recién licenciados ven día tras día después de años de estudio y sacrificio.

STOP! Es como un cese de tu progresión y a la vez de tus libertades. Esto es lo que perciben las personas que son despedidas.
Para la mayoría de ellos supone un alto en su ritmo vital, un alto en su evolución personal.
Para los jóvenes significa un parón en el ritmo de crecimiento y progresión.

Si, es cierto, hay soluciones, en muchos casos, la hay, cada uno puede ser emprendedor, y todos podemos reinventarnos a nosotros mismos. Estoy de acuerdo en eso; pero, ¿cómo podemos ser capaces de hacérselo ver a millones de personas que no solamente es el sentimiento de frustración tras años de servicio a una empresa, sino que es la hipoteca, la familia y demás problemas añadidos?

A muchos de los trabajadores que hoy se han quedado sin trabajo les preocupa qué hacer mañana, cómo hacer frente a las facturas, dónde ir a conseguir un empleo o con qué dinero tiro adelante un negocio y emprendo una nueva etapa.

Bien, en ese aspecto, en el de dónde conseguir un empleo o cómo subvencionarse para crear un propio negocio o proyecto los psicólogos poco podemos aportar.

Donde sí tenemos cabida es en apoyar o acompañar a esa gente a, en primer lugar ayudarles a aceptar el duelo que muchos de ellos viven día tras día, y preguntarles, sobretodo ¿qué necesitan? Y es que solamente ellos nos pueden decir lo que necesitan, y no estoy hablando de lo que ya es evidente, me refiero a lo que no saben a veces ni muchos de ellos, y es el miedo que esconde el paro, que para cada persona será diferente.

En esto sí que podemos hacer una gran labor, tanto des de la psicología como des del coaching, para ayudar a pensar en alternativas que muchos ni siquiera se han planteado todavía y que por más remotas que puedan parecer, pueden albergar una solución a su problema evidente.

Desde luego, echar la culpa al jefe, a los políticos, a los bancos, a los fraudulentos estafadores de poco servirá, ya que, pese a tener toda la razón en quejarse, ellos no le van a ayudar en devolverle el trabajo; es algo que solo depende de cada uno.

Tal y como yo lo veo, este país esta inmerso en una crisis, sí, en una crisis emocional, en una depresión colectiva. Es una realidad, pero, en este caso es una realidad emocional; o sea, no es una realidad física, no podemos palpar los bajos ánimos, la desesperanza, la angustia, la podemos PERCIBIR!

Y para todos aquellos que estáis leyendo esto tengo al menos una buena noticia: Las percepciones se pueden cambiar, modificar, alterar. Podemos decidir cambiar la forma en que percibimos el STOP.

Ese creo que es el primer paso que des de la psicología podemos hacer para ayudar a las personas que están en esta situación, en función de las necesidades de cada uno, para que empiecen al menos a sentirse fuertes, confiados y recuperar la visión de las alternativas de las que hablábamos antes.

Desde luego, vengo leyendo ya varias semanas en diferentes artículos que la sociedad española está esperando a que la crisis acabe para hacer exactamente lo mismo que hacían antes, es decir, lo que ellos llaman "vivir por encima de nuestras posibilidades". Yo por otro lado, espero y creo que en la mayoría no será así, que la gente ha escarmentado y que ha aprendido aquello que muchos de nuestros abuelos seguro que nos decían: "Si tienes 5 pesetas, gasta 4 y guarda 1, no gastes aquello que no tienes".

Creer en nosotros mismos. ¿Qué fácil no? ¿Creer en qué de nosotros? Pues bien, en el mundo del deporte hablamos de no centrarse en el resultado, sino en los objetivos, en lo que tengo que hacer para saber, para confiar que eso saldrá bien, lo cual acabo percibiendo que hay cosas que dependen de mí, de mi esfuerzo y dedicación, con lo que acabo confinando en mi mismo. Pues esto, señoras y señores viene a ser lo mismo. Centrarse en lo que de uno depende y en lo que uno puede hacer para percibir las cosas diferente es la mejor ayuda que ahora mismo os podéis prestar a cada uno para empezar, lo demás vendrá solo, o quien dice solo dice con el tiempo.

Pero no permitáis que vuestros miedos ocupen el lugar de vuestros sueños, el lugar de vuestras esperanzas, el lugar de vuestras ilusiones, y sobretodo, no permitáis que nadie nunca os diga que eso es imposible, que no se puede hacer, que no saldrá bien, porqué si creéis en vosotros mismos, haréis todo, incluso lo que hasta ese momento no se os había ocurrido por conseguir vuestros objetivos.